Se nos vende la idea de que la democracia es un método de gobierno que hasta ahora no tiene rival en cuanto a proporcionar bienestar a la población. Tal vez en algún rincón de esta teoría puede haber algo de verdad pero que gracia tiene cuando a las claras sabemos que los candidatos de los partidos son puestos por grupos de poder, lobbies de alta elite o directamente asistidos a traves de “clubes” como Bilderberg, Roma, CRF y un gran excetera, así como también logias de caracter ocultistas como la Masoneria, Rosa Cruces, Malta etc etc. Creo que a las claras parece que la casa siempre ganará ¿Verdad?
Recordemos que hoy día. dada la degradación cultural y sobre todo en cuanto a valores en los ciudadanos, se ha logrado convencer al votante que lo mejor que puede hacer es “elejir al mal menor”, pero que ni se les ocurra no ir a votar y participar de un “Derecho Universal y obligatorio”
Un pequeño ejemplo de esto lo podemos ver en este video cómico de Alfredo Díaz.
A todo esto también debemos tener en cuenta que desde hace mucho tiempo las grandes maquinarias de ingeniería social, como el reconocido Instituto Tavistok, han estado al servicio de los intereses de mantener una reducida casta elitista en el poder a través de la falsa ilusión que les presentan al pueblo mediante los políticos que ellos mismos ponen en góndola. Claro esta que esta gran maquinaria de persuasión se ha ido aceitando y mejorando cada vez más y hoy en día cuenta con una herramienta tremenda, LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL y LA BIG DATA, sumado al bombardeo constante de los medios de comunicación los cuales pertenecen a un pequeño grupo de empresarios ligados a los intereses anteriormente mencionados.
Podríamos decir que al día de hoy vivimos bajo una especia de feudalismo tecnocrático totalitario.
Donde las jerarquías siguen estando bien marcadas y poco han cambiado para la mayoría de la población mundial.
Lo que quiero decir con esto es que ya uno no sabe si en el caso de votar lo hace por convicción o por manipulación.
El caso está en que muchos de los que hemos despertado a la gran farsa mundial , y me refiero en todos los sus aspectos, entendemos que participar del acto de votar es contraproducente con nuestros valores e ideales, sobre todo a niveles presidenciales.
Pero al mismo tiempo no deja de ser una gran plataforma utilizada por millones de personas que aun ni se enteran de que va el mundo.
En cuanto y en tanto a desarrollar la teoría del bipartidismo y como se crea la falsa ilusión de participación con respecto a la elección de “nuestros representantes” podríamos estar días pero el objetivo de este artículo no es ese sino como dice su título el de usar el Voto y sus plataformas de una forma alternativa.
Hoy en día hay millones de personas que necesitan una mano, una golpe de realidad sobre este sistema de control y talvez muchos de ellos ni si quiera sepan en el fondo de que existen otras opciones, de hecho ni siquiera razón en cuanto a quienes realmente están en el poder o las agendas que si o si, elijan a quien elijan, van a seguir implementando.
Por eso para aquellos que aun van a votar o tal a quienes se pueden acercar a las mesas de votación o los establecimientos designado para ello, es bueno llevar un elemento de concientización y me refiero a en lugar de solo proponer NEGAR EL ACTO de votar en sí mismo, o dejarlo en blanco o solo poner en la urna un papel insultando, dejar ya sea sobre la mesa en el cuarto oscuro o pegado en las paredes del mismo o a las afuera de los establecimientos este tipo de panfleto informativo. Desde ya que lo ideal es que cada vez más seres se unan en este tipo de ideas y hagan y sobre todo compartan, sus propios panfletos.
Pensar por uno mismo implica analizar de manera crítica la información que recibimos, evaluarla y formar nuestras propias conclusiones en lugar de adoptar las ideas de otros sin cuestionarlas. Esta habilidad es esencial para tomar decisiones informadas y bien fundamentadas, tanto en la vida cotidiana como en el ámbito laboral y académico.
Además, pensar por uno mismo nos permite desarrollar nuestra creatividad e innovación. Cuando nos atrevemos a cuestionar las ideas y las formas de hacer las cosas, abrimos la puerta a nuevas perspectivas y soluciones. De esta manera, podemos encontrar nuevas formas de abordar los desafíos y aprovechar las oportunidades que se nos presentan.
Por otro lado, pensar por uno mismo también es esencial para el desarrollo de la autoconfianza y la autoestima. Cuando somos capaces de formar nuestras propias opiniones y defenderlas, nos sentimos más seguros de nosotros mismos y de nuestras capacidades. Esto nos permite tomar riesgos calculados y enfrentar nuevos desafíos con mayor determinación y entusiasmo.
Sin embargo, pensar por uno mismo no es fácil. Requiere de un esfuerzo consciente para salir de nuestra zona de confort y cuestionar nuestras propias creencias y prejuicios. También puede ser desafiante cuando nuestras opiniones van en contra de las corrientes de opinión predominantes, y puede llevar a enfrentamientos y desacuerdos con los demás.
En conclusión, pensar por uno mismo es una habilidad esencial para el desarrollo personal y la toma de decisiones acertadas. Nos permite evaluar la información de manera crítica, desarrollar nuestra creatividad e innovación, fortalecer nuestra autoconfianza y autoestima, y encontrar nuevas formas de abordar los desafíos y aprovechar las oportunidades. Aunque no siempre es fácil, vale la pena el esfuerzo para poder vivir una vida más auténtica y satisfactoria.
“La manipulación consciente e inteligente de los hábitos y opiniones organizados de las masas es un elemento de importancia en la sociedad democrática. Quienes manipulan este mecanismo oculto de la sociedad constituyen el gobierno invisible que detenta el verdadero poder que rige el destino de nuestro país” Párrafos como éste, caracterizados por la franqueza o lo que hoy llamaríamos incorrección política, pueden leerse en Propaganda, el libro de Edward Bernays, publicado originalmente en 1928.
Antes de Bernays, los estadounidenses no desayunaban huevos con panceta (bacon) y los varones no usaban reloj pulsera. Ambas “tradiciones” fueron fabricadas por el llamado “padre de las relaciones públicas”. Para un fabricante de productos porcinos, Bernays ideó una campaña de artículos médicos exponiendo los beneficios de un desayuno enriquecido. Y, por iniciativa suya, los primeros en llevar el reloj en la muñeca fueron los soldados de 1918 en las trincheras -más práctico que en el bolsillo-: eso bastó para desfeminizar el accesorio y asociarlo a la hombría y al coraje.
Casi todo lo que hoy nos parece natural en materia de campañas publicitarias, construcción de imagen y relaciones públicas fue inventado en las primeras décadas del siglo XX por este austríaco naturalizado estadounidense, doble sobrino de Sigmund Freud: la madre de Edward Bernays (1891-1995) era Anna Freud, hermana del creador del psicoanálisis, quien a su vez estaba casado con Martha Bernays, hermana del padre de Edward.
El libro de Bernays expone crudamente los mecanismos a los que apeló el sistema para crear una sociedad de consumidores, explicitando a la vez que son los mismos a través de los cuales una élite de gobierno se adaptó a la nueva realidad política de la democracia de masas –sufragio universal- para mantener su hegemonía.
Como lo señala Baillargeon, quizás sea justamente “por la transparencia con la cual (Bernays) revela algunas de las convicciones más íntimas que prevalecen en el seno de una vasta parte de las élites de nuestras sociedades y de sus instituciones dominantes que este libro constituye un documento político ineludible”. En efecto, la palabra “manipular” es usada sin complejos por el autor de Propaganda, quien además llama “sofistas” a los publicitarios y relacionistas públicos.
“Quienes nos gobiernan, moldean nuestras mentes, definen nuestros gustos o nos sugieren nuestras ideas –escribe el sobrino de Freud- son en gran medida personas de las que nunca hemos oído hablar. Ello es el resultado lógico de cómo se organiza nuestra sociedad democrática. Grandes cantidades de seres humanos deben cooperar de esta suerte si es que quieren convivir en una sociedad funcional sin sobresaltos”.
La democracia de masas era una novedad en una época que transitaba del voto calificado –reservado a los ricos e instruidos- al sufragio universal. Tiempos revueltos, en los que se temía al desborde insurreccional, como en Rusia en 1917. La propaganda fue la solución. En palabras de Bernays: “La propaganda es el órgano ejecutivo del gobierno invisible”.
La propaganda podía hacer que todo estadounidense quisiera tener su propio auto –y, de paso desmantelar el tranvía, en beneficio de automotrices y petroleras-, pero también orientar las preferencias de los votantes hacia los dos grandes partidos que hasta hoy hegemonizan la política norteamericana. De lo contrario, habría una miríada de candidatos que fragmentarían la opinión; en palabras de Bernays, un “caos”.
Según su visión, las masas actuaban movidas por fuerzas ocultas, inconscientes, irracionales, que podían emerger de forma desestabilizante. Pero esas masas tenían ahora derecho de voto. Por eso era necesario que la elite encontrase una nueva forma de gobernarlas. Apelando a técnicas del psicoanálisis, era posible controlar esas pulsiones primitivas y orientarlas hacia los fines deseados.
Hoy en día, la propaganda necesariamente interviene en todo lo que tiene un poco de relevancia en el plano social (Bernays)
“La minoría –escribió Bernays- ha descubierto que podía influir en la mayoría en el sentido de sus intereses. En adelante, es posible moldear la opinión de las masas para convencerlas de que comprometan su fuerza recientemente adquirida en la dirección deseada. Dada la estructura actual de la sociedad, esa práctica es inevitable. Hoy en día, la propaganda necesariamente interviene en todo lo que tiene un poco de relevancia en el plano social, ya sea en el ámbito de la política o de las finanzas, la industria, la agricultura, la caridad o al enseñanza”.
Bernays, llamativamente poco conocido por el gran público, fue sin embargo uno de los hombres más influyentes en los Estados Unidos en la primera mitad del siglo pasado, por su temprano éxito en el diseño de campañas para orientar las tendencias del público, tanto en materia de consumo como de política.
Capítulo 1
Organizar el caos
La manipulación consciente e inteligente de los hábitos y opiniones organizados de las masas es un elemento de importancia en la sociedad democrática. Quienes manipulan este mecanismo oculto de la sociedad constituyen el gobierno invisible que detenta el verdadero poder que rige el destino de nuestro país. Quienes nos gobiernan, moldean nuestras mentes, definen nuestros gustos o nos sugieren nuestras ideas son en gran medida personas de las que nunca hemos oído hablar. Ello es el resultado lógico de cómo se organiza nuestra sociedad democrática. Grandes cantidades de seres humanos deben cooperar de esta suerte si es que quieren convivir en una sociedad funcional sin sobresaltos. (…)
Nos gobiernan merced a sus cualidades innatas para el liderazgo, su capacidad de suministrar las ideas precisas y su posición de privilegio en la estructura social. Poco importa qué opinión nos merezca este estado de cosas, constituye un hecho indiscutible que casi todos los actos de nuestras vidas cotidianas, ya sea en la esfera de la política o los negocios, en nuestra conducta social o en nuestro pensamiento ético, se ven dominados por un número relativamente exiguo de personas –una fracción insignificante de nuestros ciento veinte millones de conciudadanos– que comprende los procesos mentales y los patrones sociales de las masas. Son ellos quienes mueven los hilos que controlan el pensamiento público, domeñan las viejas fuerzas sociales y descubren nuevas maneras de embridar y guiar el mundo.
No solemos ser conscientes de lo necesarios que son estos gobernantes invisibles para el buen funcionamiento de nuestra vida en grupo. En teoría, cada ciudadano puede dar su voto a quien se le antoje. (…) En teoría, cada ciudadano toma decisiones sobre cuestiones públicas y asuntos que conciernen a su conducta privada. En la práctica, si todos los hombres tuvieran que estudiar por sus propios medios los intrincados datos económicos, políticos y éticos que intervienen en cualquier asunto, les resultaría del todo imposible llegar a ninguna conclusión en materia alguna. Hemos permitido de buen grado que un gobierno invisible filtre los datos y resalte los asuntos más destacados de modo que nuestro campo de elección quede reducido a unas proporciones prácticas. (…)
En teoría, todo el mundo compra, de entre los artículos que nos ofrece el mercado, aquellos que nos parecen mejores y más baratos. En la práctica, si cada uno de nosotros, antes de decidirse a comprar cualquiera de las docenas de jabones o tipos de pan que están a la venta, se paseara por el mercado realizando estimaciones y pruebas químicas, la vida económica quedaría atascada sin remedio. Para evitar semejante confusión, la sociedad consiente en que sus posibilidades de elección se reduzcan a ideas y objetos que se presentan al público a través de múltiples formas de propaganda. En consecuencia, se intenta sin descanso y con todo el ahínco capturar nuestras mentes en beneficio de alguna política, artículo o idea. (…)
La sociedad ha consentido en que la libre competencia se organice en virtud del liderazgo y la propaganda (Bernays)
Tenemos que hallar una manera de que la libre competencia se desarrolle sin mayores sobresaltos. Para lograrlo, la sociedad ha consentido en que la libre competencia se organice en virtud del liderazgo y la propaganda. Algunos de los fenómenos de este proceso son objeto de críticas: la manipulación de las noticias, la inflación de la personalidad y el chalaneo general con el que se lleva a la conciencia de las masas a los políticos, los productos comerciales y las ideas sociales. Puede ocurrir que se dé un mal uso a los instrumentos mediante los cuales se organiza y focaliza la opinión pública. Pero tanto la focalización como la organización resultan necesarias para una vida ordenada.
A medida que la civilización ganaba en complejidad y que la necesidad de un gobierno invisible era cada vez más patente, se inventaron y desarrollaron los medios técnicos indispensables para poder disciplinar a la opinión pública. La imprenta y el periódico, los ferrocarriles, el teléfono y el telégrafo, la radio y los aviones permiten extender las ideas velozmente, o incluso en un instante, a lo largo y ancho de Estados Unidos.
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Es el objetivo de este libro describir la estructura del mecanismo que controla la mente pública y explicar cómo lo manipula el sofista que trata de recabar la aceptación del público para una determinada idea o artículo de consumo. Asimismo, trataremos de hallar el lugar debido para esta nueva propaganda en el seno del esquema democrático moderno y describir la evolución de su código ético y de sus prácticas.
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Capítulo 11
El funcionamiento de la Propaganda
Los canales de que se sirven nuestros sofistas para transmitir sus mensajes al público a través de la propaganda incluyen todos los medios de que dispone la gente para comunicarse y transmitir ideas. No existe medio de comunicación humano que no pueda utilizarse también para una propaganda deliberada, porque la propaganda no es más que el establecimiento de relaciones recíprocas de comprensión entre un individuo y un grupo. (…) Hace cincuenta años, la reunión pública era el instrumento propagandístico por excelencia. Hoy día, es difícil convencer a un puñado de personas para que asistan a una reunión pública a menos que el programa incluya atracciones extraordinarias. El coche se lleva a la gente de casa, la radio la encierra en casa, las ediciones diarias sucesivas de los periódicos llevan la información a la gente ahí donde se encuentre, ya sea en el metro o en la oficina, y por si fuera poco la gente está harta del chalaneo de los mítines. En su lugar, existen numerosos medios de comunicación alternativos, algunos nuevos, otros viejos, pero lo bastante transformados como para parecer virtualmente nuevos. El periódico, desde luego, será siempre el medio principal para la transmisión de opiniones e ideas, es decir, en otras palabras, de propaganda.
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Según Bernays, es tarea del asesor de relaciones públicas crear las noticias del día
El asesor en relaciones públicas crea algunos de los actos del día para que compitan con otros actos en las redacciones de los periódicos. (…) Si hoy día nos dicen que lo más importante son las conversaciones telefónicas transatlánticas por radio comercializadas por compañías telefónicas; si todo pasa por las invenciones que redundarán en beneficios comerciales para quienes las pongan en el mercado; si el acontecimiento del día es que Henry Ford fabricará un coche que marcará época… entonces todo esto será noticia. (…)
En aras del interés de su cliente, (el asesor en relaciones públicas) puede ayudarlo a crear los actos necesarios para dar un mayor alcance a su propaganda. Un banco que se proponga poner de relieve la importancia de su sección destinada al público femenino quizá pueda concertar la publicación en una destacada revista femenina de una serie de artículos y consejos sobre la inversión en bolsa redactados por expertas encargadas de esa misma sección del banco. La revista femenina, por su parte, utilizará esa nueva serie de artículos como medio para incrementar su prestigio y sus ventas. La conferencia, antaño un poderoso medio para influir sobre la opinión pública, ha cambiado de valor. La conferencia por sí misma quizá no sea hoy más que un símbolo, una ceremonia (…). El valor real de la conferencia, desde un punto de vista propagandístico, reside en su repercusión en el público general. La radio es en la actualidad una de las herramientas más importantes de que dispone el propagandista. Su porvenir no está claro. Quizá pueda competir con los periódicos como medio publicitario. (…)
Hoy día, el cine estadounidense representa el más importante vehículo inconsciente de propaganda del mundo. Es un gran distribuidor de ideas y opiniones. Las películas pueden estandarizar las ideas y los hábitos de la nación. (…)
La propaganda nunca desaparecerá (Bernays)
Otro instrumento de propaganda es la personalidad. ¿Se ha ido demasiado lejos con el recurso a la explotación de la personalidad? La estampa fotográfica del presidente Coolidge tocado con todas las plumas en compañía de jefes indios de pura cepa fue el clímax de unas vacaciones que coparon las páginas de los periódicos. Es obvio que una personalidad pública puede ser reducida al absurdo si se abusa del mismo mecanismo que permitió crearla. Con todo, la vívida escenificación de una personalidad siempre será una de las funciones del asesor en relaciones públicas. (…)
Por muy sofisticada y cínica que se vuelva la actitud del público hacia los métodos de la publicidad, pues siempre tendrá que satisfacer las demandas básicas, porque siempre necesitará comida, anhelará divertirse, aspirará a la belleza o acatará al liderazgo. (…)
La propaganda nunca desaparecerá. Las personas inteligentes deberán reconocer que la propaganda es el instrumento moderno con el cual luchar por objetivos productivos y contribuir a poner orden en medio del caos.
Hace ya unos años Pilar Baselga daba una excelente conferencia sobre el sistema educativo es su forma más esencial más allá de lo que podemos percibir en la superficie.
Es aquí que mostramos un fragmente de 10 minutos editado con imágenes de la vida real y demostrando como esa planificación de más de 100 años se puso en marcha a través del sistema educativo que lejos esta de ser Laico y Gratuito.
Como bien dice el dicho… si algo es gratis entonces el producto eres vos y esta no es la excepción o peor aun… para muchos de nosotros el producto son nuestros hijos.
Por eso hay que conocer estos temas sin lugar a duda y sobre todo compartirlo para el mensaje se expanda.
La lista de Timsit se ha vuelto muy popular porque describe de manera concreta diez situaciones en las que seguramente todos y todas nos podríamos identificar. A continuación describiremos las estrategias de manipulación de la opinión pública y de la sociedad de Sylvain Timsit.
La distracción es un proceso cognitivo que consiste en prestar atención a algunos estímulos y no a otros de manera involuntaria y por distintas razones, entre las que se encuentra el interés que nos generan esos estímulos y la intensidad o el atractivo de estos.
Es un proceso que puede ser fácilmente utilizado como una estrategia para desviar la atención de los conflictos políticos o económicos. Generalmente se realiza por medio de fomentar la sobrecarga de información, o cuando dicha información contiene una fuerte carga emocional.
Por ejemplo cuando los noticieros dedican días enteros a reportar sucesos trágicos y minimizan los momentos destinados a reportar acontecimientos políticos problemáticos. Este tipo de distracción fomenta el desinterés por adquirir conocimientos profundos y por discutir las repercusiones a largo plazo de las decisiones políticas.
El autor explica este método por medio de la fórmula: problema-reacción-solución, y explica que una situación puede ser explicada con toda la intención de causar una reacción específica a un público específico, de manera que este público demande medidas y toma de decisiones que solucionen la situación.
Por ejemplo, cuando los poderes políticos se mantienen indiferentes ante el aumento de violencia en una ciudad, y después despliegan leyes policíacas que afectan la libertad y no sólo disminuyen la violencia. Lo mismo cuando una crisis económica se define como un mal necesario que solo puede ser contrarrestado por medio de recortes de los servicios públicos.
Se refiere a aplicar los cambios que son importantes de manera gradual, para que las reacciones públicas y políticas sean igualmente graduales y más fáciles de contener.
Sylvain Timsit pone como ejemplo las políticas socioeconómicas neoliberales que iniciaron en la década de los 80, y que han repercutido de manera paulatina sin que sus consecuencias negativas puedan abrir el camino a un revolución realmente masiva.
Muchas de las medidas que toman los gobiernos no son populares entre la población, con lo que una de las estrategias más utilizadas y eficaces es la de hacer pensar que esa medida es dolorosa pero necesaria, y que es necesario acordarla en el presente aunque sus efectos serán percibidos años después.
De esta manera nos acostumbramos al proceso de cambio e incluso a sus consecuencias negativas, y al no ser una cuestión que nos afecta de manera inmediata podemos asociarnos con más facilidad de los posibles riesgos.
Como ejemplo, Sylvain Timsit menciona el pasaje hacia el euro que se propuso en 1994-1995, pero se aplicó hasta el 2001, o los acuerdos internacionales que EUA impuso desde 2001 en Latinoamérica, pero que serían vigentes hacia el 2005.
Otra de las estrategias que se utilizan con mucha frecuencia es posicionar al público como un conjunto de personas ingenuas o incapaces de hacerse responsables de sí mismas, o de tomar decisiones críticas y responsables.
Al posicionar a los espectadores de esta manera, los medios de comunicación y los poderes políticos hacen más fácil que el público efectivamente se identifique con esa posición y termine por aceptar las medidas impuestas e incluso apoyarlas con convicción.
Se refiere a enviar mensajes que impacten directamente en el registro emocional y sensible del público, de manera que a través del miedo, la compasión, la esperanza, la ilusión, entre otras emociones o sensaciones, sea más sencillo implantar ideales de éxito, o normas de comportamiento y de cómo deben ser las relaciones interpersonales.
Esta estrategia se refleja por ejemplo en las significativas diferencias que hay entre la calidad de la educación y los recursos que se le destinan según la clase socioeconómica y política a la que se dirige.
Esto hace que el uso de las tecnologías se reserven para unos cuantos, lo que a su vez dificulta la organización social a gran escala. Así mismo, hace que unas poblaciones se reconozcan a sí mismas como simplemente víctimas, sin posibilidades de ser activas.
Se trata de reforzar el sentimiento de éxito y de satisfacción por la situación en la que nos encontramos, aunque sea una situación precaria o injusta, lo que hace que no desarrollemos un pensamiento crítico sobre esa situación o que incluso la justifiquemos.
En el otro extremo se encuentra el hacemos pensar que la situación en la que estamos es así por nuestra culpa, es decir, hacer que el individuo crea que es responsable de su propia desgracia (que piense que es poco inteligente o que se esfuerza poco; en lugar de reconocer que hay un sistema social que tiende a la injusticia).
Así se evita la organización y el para ejercicio de la resistencia o la revuelta; y las personas tendemos a autoevaluarnos y culpabilizarnos, lo que a su vez genera pasividad y favorece la aparición de otras complicaciones como estados depresivos o ansiosos.
Timsit propone que los avances que ha tenido la ciencia en la comprensión de los seres humanos, tanto en área de la psicología como la biología o la neurociencia, han logrado un mayor conocimiento sobre nuestro funcionamiento; no obstante, no han generado un proceso de autoconocimiento a nivel individual, con lo cual las élites continúan como las poseedoras de la sabiduría y del control de los demás.
Somos una organización sin fines de lucro que no pertenece a ningún dogma, religión o partido político. Somos 100% independientes.
Queremos alcanzar la masa crítica necesaria para quebrar este sistema perverso de esclavitud y muerte a todos los niveles.
Sabemos que no es una tarea sencilla pero la unión hace la fuerza, la fuerza hace a la voluntad y con voluntad y fuerza se hace lo que se desea en mente y corazón y así podremos manifestar nuestra realidad. Nur para todos.
Un comentario
Gran trabajo.