La película presenta una visión biopunk de una sociedad futura impulsada por la eugenesia donde los niños potenciales son concebidos a través de la selección genética para asegurar que posean los mejores rasgos hereditarios de sus padres.1 La película se centra en Vincent Freeman, quien fue concebido fuera del programa de eugenesia y lucha por superar la discriminación genética para realizar su sueño de ir al espacio.
La película se basa en las preocupaciones sobre las tecnologías reproductivas que facilitan la eugenesia y las posibles consecuencias de tales desarrollos tecnológicos para la sociedad. También explora la idea del destino y las formas en que puede y gobierna vidas. Los personajes de Gattaca luchan continuamente tanto con la sociedad como consigo mismos para encontrar su lugar en el mundo y quiénes están destinados a ser según sus genes.
En un futuro no tan lejano, la eugenesia es común. Una base de datos de registro genético utiliza la biometría para clasificar a los creados como “válidos”, mientras que los concebidos de forma natural y más susceptibles a trastornos genéticos se conocen como “inválidos”. La discriminación genética es ilegal, pero en la práctica, el perfil de genotipo se utiliza para identificar a los “válidos” para calificar para un empleo profesional, mientras que los “inválidos” son relegados a trabajos de baja categoría.
Vincent Freeman (Mason Gamble) fue concebido de forma natural y su perfil genético indica una alta probabilidad de varios trastornos y una vida útil estimada de 30,2 años. Sus padres, lamentando su decisión, usan FIV, DGP e ingeniería genética para crear a su segundo hijo, Anton (Vincent Nielson). Al crecer, los dos hermanos a menudo juegan al “juego de la gallina” nadando hacia el mar lo más lejos posible, y el primero que regresa a la orilla es considerado el perdedor; Vincent (Chad Christ) siempre pierde. Vincent sueña con una carrera en viajes espaciales, pero siempre recuerda su inferioridad genética. Un día, Vincent desafía a Anton (William Lee Scott) a un juego de la gallina y está vez lo gana. Anton comienza a ahogarse y Vincent lo salva. Poco después, Vincent se va de casa.
Gattaca (conocida como Gattaca: Experimento genético en Hispanoamérica) es una película estadounidense de ciencia ficción y drama de 1997, escrita y dirigida por Andrew Niccol y protagonizada por Ethan Hawke, Uma Thurman y Jude Law. Producida por Danny DeVito, Michael Shamberg y Stacey Sher, la cinta fue candidata ese año a un Óscar a la mejor dirección artística.
Años más tarde, Vincent (Ethan Hawke) trabaja como inválido, limpiando espacios de oficinas, incluido el del conglomerado de vuelos espaciales Gattaca Aerospace Corporation. Tiene la oportunidad de hacerse pasar por un válido usando muestras donadas de cabello, piel, sangre y orina de la ex estrella de natación Jerome Eugene Morrow (Jude Law), quien quedó paralizado después de ser atropellado por un automóvil. Con la composición genética de Jerome, Vincent consigue un empleo en Gattaca y es asignado como navegante para una próxima misión a la luna de Saturno, Titán. Para ocultar su identidad, Vincent debe acicalarse y fregar meticulosamente todos los días para eliminar su propio material genético, pasar pruebas diarias de ADN e inclusive análisis de orina con las muestras de Jerome y ocultar su defecto cardíaco.
Cuando un administrador de Gattaca es asesinado una semana antes de un posible lanzamiento, la policía encuentra una de las pestañas de Vincent cerca de la escena del crimen. Al reconocerlo como un inválido en lugar de un empleado, inmediatamente asumen que el propietario es sospechoso e inician una investigación. Durante esto, Vincent se acerca a una compañera de trabajo, Irene Cassini (Uma Thurman), con quien comparte una atracción mutua. Aunque es válida, Irene tiene un mayor riesgo accidental de insuficiencia cardíaca que le impedirá participar en cualquier misión espacial. Vincent también se entera de que la parálisis de Jerome es autoinfligida; luego de colocarse la medalla de plata en los Juegos Olímpicos, Jerome se arrojó frente a un auto. Jerome sostiene que fue diseñado para ser el mejor, pero todavía no lo era, y sufre bajo la “carga de la perfección”.
Vincent evade repetidamente el alcance de los investigadores. Finalmente se revela que Josef (Gore Vidal), uno de los directores de Gattaca, mató al director de la misión porque amenazó con cancelar la misión. Vincent se entera de que el detective que cerró el caso fue su hermano Anton (Loren Dean), quien en consecuencia descubrió la presencia de Vincent en Gattaca. Los hermanos se encuentran y Anton advierte a Vincent sobre sus acciones ilegales, pero Vincent afirma que ha llegado a este puesto por sus propios méritos. Anton, que no quiere creer esto, desafía a Vincent a un último juego de la gallina. Mientras los dos nadan por la noche, la resistencia de Vincent sorprende a Anton y Vincent le revela que ganó al no ahorrar energía para nadar de regreso. Anton se da la vuelta y comienza a ahogarse, pero Vincent lo rescata de nuevo y lo lleva nadando de regreso a la orilla.
En el día del lanzamiento, Jerome revela que ha almacenado suficientes muestras de ADN para que Vincent dure “dos vidas” a su regreso, y le da un sobre para abrir “arriba”. Después de despedirse de Irene, Vincent se prepara para abordar, pero descubre que hay una última prueba de orina y que actualmente no tiene ninguna de las muestras de Jerome, pero se sorprende cuando el Dr. Lamar (Xander Berkeley), que supervisa los controles de salud, revela que sabe que Vincent se ha hecho pasar por válido. Lamar admite que su hijo admira a Vincent y se pregunta si él fue seleccionado genéticamente pero “no todo lo que prometieron”, podría superar su potencial tal como lo ha hecho Vincent. El médico cambia los resultados de la prueba, lo que permite que Vincent pueda pasar. Cuando despega el cohete, Jerome se pone su medalla de natación y se inmola él mismo en el incinerador de su casa; en el espacio, Vincent abre la nota de Jerome para encontrar un mechón de cabello de Jerome. Al final de la película, Vincent reflexiona: “Para alguien que nunca estuvo destinado a este mundo, debo confesar que de repente me está costando mucho dejarlo. Claro, dicen que cada átomo de nuestro cuerpo alguna vez fue parte de una estrella. Tal vez no me quede; tal vez me voy a casa”.
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