En el vasto y enigmático paisaje de las sociedades secretas, la masonería se erige como una de las más influyentes y misteriosas.
A través de los siglos, ha sido objeto de innumerables teorías, debates y especulaciones, tanto dentro de las logias como en la opinión pública.
Pero, ¿qué es realmente la masonería?
¿Es simplemente una fraternidad de constructores, o encierra en su interior los secretos más profundos de la humanidad?
En “Revelando el Velo”, hemos decidido sumergirnos en este intrigante mundo, explorando las múltiples capas de historia, simbolismo y rituales que componen la esencia de la masonería.
Nuestro viaje comienza con un reconocimiento de la complejidad inherente a este tema. La historia de la masonería no es lineal ni sencilla; se trata de un entramado de influencias y tradiciones que se han entrelazado a lo largo de milenios. Desde los gremios de constructores medievales que levantaron majestuosas catedrales hasta las corrientes filosóficas que impregnaron la masonería especulativa, cada etapa de su evolución aporta una pieza vital al rompecabezas.
Sin embargo, lo que hace única a la masonería es precisamente la ausencia de un consenso claro sobre sus orígenes. Este vacío ha dado lugar a un sinfín de teorías, algunas profundamente respetadas, otras descartadas como meras fantasías.
Uno de los primeros pasos en nuestra exploración es entender la distinción entre la masonería operativa y la especulativa. La masonería operativa tiene sus raíces en los gremios de constructores que, durante la Edad Media, erigieron algunas de las estructuras más impresionantes de Europa. Estos albañiles y canteros no solo dominaban el arte de la construcción, sino que también se dedicaban a preservar y transmitir un conocimiento esotérico que se manifestaba en la geometría sagrada y los símbolos ocultos en sus obras. Esta tradición de guardar celosamente los secretos de su oficio les otorgó una posición privilegiada en la sociedad medieval.
Pero la historia no termina ahí. Con el paso del tiempo, la masonería operativa comenzó a fusionarse con corrientes filosóficas que trascendían el ámbito de la construcción física, dando lugar a la masonería especulativa. Aquí es donde las cosas se vuelven aún más intrigantes. Esta evolución no fue un mero cambio de enfoque, sino una unión simbiótica entre dos tradiciones: la del gremio de constructores y la de los adeptos filosóficos que buscaban comprender las grandes verdades de la existencia. Fue esta fusión la que dio lugar a lo que hoy conocemos como la masonería moderna.
Algunos de los más renombrados estudiosos masónicos, como Albert Mackey y Albert Churchward, han explorado en profundidad estas conexiones, intentando desentrañar el origen exacto de la orden. Sin embargo, como hemos mencionado, no existe una teoría oficial universalmente aceptada, lo que ha dejado la puerta abierta a la especulación y el misterio. ¿De dónde provienen realmente las ideas y símbolos que conforman la masonería? Algunas teorías sugieren una influencia directa de los constructores del Templo de Salomón, mientras que otras apuntan a una conexión más esotérica con la antigua tradición secreta, transmitida a través de la cábala judía y las escuelas de misterio del Egipto helenístico.
El vínculo entre la masonería y la cábala es particularmente fascinante. A medida que indagamos más profundamente, descubrimos que la masonería ha adoptado numerosas ideas cabalísticas, integrándolas tanto en su simbolismo como en su filosofía. Elementos como el Templo de Salomón, la estrella de David, y el simbolismo numérico y geométrico son claros indicios de esta influencia. Aunque no podemos afirmar categóricamente que la masonería sea cábala, los lazos son innegables, y nos obligan a considerar seriamente esta relación en nuestra búsqueda por entender los orígenes de la orden.
Sin embargo, la historia de la masonería no puede reducirse a una simple adopción de tradiciones antiguas. A lo largo de los siglos, la masonería ha sido moldeada por una variedad de influencias, desde las cofradías de constructores en la Europa medieval hasta los caballeros templarios, cuyas leyendas y misterios han sido absorbidos y reinterpretados dentro del contexto masónico. Este proceso de sincretismo ha dado lugar a una tradición rica y multifacética, que continúa evolucionando hasta el día de hoy.
En nuestro recorrido por la historia de la masonería, nos encontramos con una sorprendente paradoja: aunque la masonería moderna tiene una fecha de fundación reconocida, 1717, su legado parece estar entrelazado con tradiciones mucho más antiguas. ¿Es posible que los fundadores de la Gran Logia de Inglaterra simplemente hayan reorganizado y formalizado un sistema que ya existía en formas menos estructuradas? ¿O estamos ante una creación completamente nueva que, no obstante, se basa en un sustrato ancestral? Estas son preguntas que siguen desafiando a historiadores y eruditos.
A medida que avanzamos en esta serie, continuaremos explorando estas y otras cuestiones, desvelando capas cada vez más profundas del misterio masónico. Desde las intrincadas relaciones entre los diferentes grados de la masonería hasta la influencia de la alquimia, la astrología y otros conocimientos esotéricos, nos adentraremos en un mundo donde lo visible es solo la punta del iceberg.
Si te ha intrigado lo que has leído, te invito a que profundices aún más viendo nuestro video completo.
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El Enuma Elish es un antiguo poema épico babilónico que narra la creación del mundo y la ascensión del dios Marduk a la supremacía en el panteón babilónico.
Este texto, descubierto en las ruinas de la biblioteca de Asurbanipal en Nínive, data aproximadamente del siglo XII a.C. y es una de las obras literarias más antiguas conocidas.
El Enuma Elish fue escrito en un período en el que Babilonia estaba consolidando su poder en Mesopotamia. La epopeya sirvió no solo como un relato mitológico, sino también como una herramienta política para legitimar el dominio de Babilonia y la supremacía de su dios principal, Marduk. La historia se recitaba durante el festival de Akitu, el Año Nuevo babilónico, subrayando la importancia de Marduk en la continuidad y el orden cósmico.
El poema comienza con la descripción de un estado primordial de caos, donde solo existían dos deidades: Apsu, el agua dulce, y Tiamat, el agua salada. De su unión nacieron otras deidades, cuya creciente actividad perturbó a Apsu. Apsu planeó destruir a sus hijos, pero fue asesinado por Ea, uno de los dioses jóvenes. Esto enfureció a Tiamat, quien creó un ejército de monstruos para vengar la muerte de Apsu.
Marduk, el dios de Babilonia, se ofreció para enfrentar a Tiamat y sus fuerzas. Equipado con poderosas armas y acompañado por los vientos, Marduk derrotó a Tiamat y dividió su cuerpo para crear el cielo y la tierra. Tras su victoria, Marduk organizó el cosmos, estableció las estaciones y asignó funciones a los demás dioses. Finalmente, Marduk creó a la humanidad a partir de la sangre de Kingu, el líder del ejército de Tiamat, para que sirviera a los dioses.
El Enuma Elish no solo fue fundamental para la religión y cultura babilónicas, sino que también tuvo una profunda influencia en las mitologías y religiones posteriores. La narrativa de un dios supremo que establece el orden a partir del caos es un tema recurrente en muchas religiones antiguas y contemporáneas.
Mitología Hebrea: Las similitudes entre el Enuma Elish y los relatos de la creación en el Génesis son notables. Ambos textos describen un estado primordial de caos y la subsecuente ordenación del cosmos por una deidad suprema. Algunos estudiosos sugieren que los hebreos pudieron haber adaptado elementos del Enuma Elish durante su exilio en Babilonia.
Mitología Griega: El mito de Zeus derrotando a los titanes y estableciendo el orden en el Olimpo guarda paralelismos con Marduk venciendo a Tiamat. La idea de un joven dios destronando a una generación anterior de deidades es un tema recurrente en ambas culturas.
Religiones Abrahámicas: Aunque las religiones abrahámicas (judaísmo, cristianismo e islam) desarrollaron teologías distintivas, la narrativa básica de un dios que crea el mundo y establece el orden es un hilo común que puede rastrearse hasta los antiguos mitos mesopotámicos.
El Enuma Elish representa más que un simple mito de creación; es una pieza clave del legado cultural y religioso de la humanidad. Su influencia se extiende a través de los milenios, afectando profundamente las religiones y mitologías posteriores. Aunque las narrativas específicas y los panteones pueden haber cambiado, el concepto central de una deidad que trae orden al caos persiste, subrayando la conexión entre el antiguo poema babilónico y las religiones modernas.
Somos una organización sin fines de lucro que no pertenece a ningún dogma, religión o partido político. Somos 100% independientes.
Queremos alcanzar la masa crítica necesaria para quebrar este sistema perverso de esclavitud y muerte a todos los niveles.
Sabemos que no es una tarea sencilla pero la unión hace la fuerza, la fuerza hace a la voluntad y con voluntad y fuerza se hace lo que se desea en mente y corazón y así podremos manifestar nuestra realidad. Nur para todos.
