Introducción: ¿Un banquero para gobernar un país?
En una movida sin precedentes, Canadá ha nombrado como Primer Ministro a un hombre que jamás ocupó un cargo electivo. Su nombre es Mark Carney, un banquero globalista con un extenso historial en las instituciones financieras más poderosas del mundo. Detrás de esta designación, aparentemente técnica y desapercibida, se esconde un entramado geopolítico que podría reconfigurar el mapa del poder mundial. ¿Qué hay realmente detrás de esta decisión? ¿Por qué la monarquía británica y las élites económicas han puesto sus fichas en este personaje? Y sobre todo, ¿qué papel juega en la disputa abierta con la influencia de Donald Trump y la hegemonía del dólar?
Acompáñanos en esta investigación para entender cómo las élites globales están moviendo sus piezas en el tablero, y qué implicaciones tiene esto para el futuro de la economía mundial y la soberanía de las naciones.
Mark Carney: Un banquero al servicio de la élite global
Mark Carney no es un político tradicional. Su carrera no se forjó en debates parlamentarios, sino en los pasillos de las grandes finanzas. Inició en Goldman Sachs, trabajando en sus oficinas de Londres, Tokio y Nueva York. Luego ocupó uno de los cargos más influyentes del sistema financiero: presidente del Comité del Banco de Pagos Internacionales, la entidad que coordina a los bancos centrales del mundo.
No es casual que este hombre, sin trayectoria electoral, haya sido elegido Primer Ministro de Canadá en 2025. Carney pertenece al núcleo duro de las instituciones globalistas: miembro destacado del Foro Económico Mundial, asistente habitual de las reuniones del Grupo Bilderberg y parte del Consejo para el Capitalismo Inclusivo del Vaticano, dirigido por la poderosa dinastía Rothschild.
Canadá: ¿Un peón bajo el poder oculto de la monarquía británica?
La figura del Primer Ministro canadiense suele interpretarse como el resultado de procesos democráticos, pero pocos saben que Canadá sigue siendo una monarquía parlamentaria, y que el monarca británico ostenta formalmente la autoridad suprema. En este contexto, el Rey Carlos III juega un rol más relevante de lo que muchos imaginan. La designación de Carney refuerza la hipótesis de que la monarquía británica mantiene un control estratégico sobre naciones clave, bajo un barniz democrático.
¿Es esta jugada parte de una estrategia más amplia para asegurar la continuidad del poder anglosajón a través de instituciones financieras y líderes que responden a sus intereses?
El objetivo de Carney: Destronar al dólar y controlar las finanzas globales
Desde 2019, Mark Carney ha promovido públicamente la idea de reemplazar al dólar como divisa de reserva global. Su propuesta: una red de monedas digitales emitidas por bancos centrales, interconectadas para reducir la dependencia del dólar en el comercio mundial. Esta medida permitiría a los gobiernos y organismos supranacionales no solo redirigir el flujo económico, sino también ejercer un control sin precedentes sobre las transacciones de individuos y naciones.
La digitalización de las monedas centralizadas abre la puerta a la vigilancia financiera total: rastreo, limitación e incluso congelación de activos a voluntad. Un sistema que recuerda más a una arquitectura de control que a una herramienta de libertad económica.
Trump vs. Carney: Guerra comercial y el choque de dos visiones
Donald Trump, consciente del riesgo que representa la agenda globalista encarnada por Carney, ha respondido con medidas concretas. Desde el inicio del mandato del nuevo Primer Ministro canadiense, Trump ha impuesto aranceles sobre el acero, la electricidad y el aluminio provenientes de Canadá, dejando claro que entiende las implicancias políticas detrás de este nombramiento.
El enfrentamiento no es solo económico, sino ideológico. Mientras Trump busca restaurar la autonomía económica y política de Estados Unidos, Carney representa la consolidación de un sistema global controlado por unas pocas élites, con Canadá como pieza clave al lado de la potencia norteamericana.
La conexión Vaticano, Rothschild y el “Capitalismo Inclusivo”
La influencia de Carney no se limita a la economía. Es miembro activo del Consejo para el Capitalismo Inclusivo, una alianza entre el Vaticano y algunas de las familias más poderosas del mundo, como los Rothschild. Detrás de términos aparentemente benignos como “inclusividad” y “sostenibilidad”, se esconde un proyecto que mezcla el globalismo económico con las nuevas corrientes ideológicas verdes y «woke».
En este espacio, Carney actúa como uno de los arquitectos de un nuevo orden financiero y social, donde los ciudadanos serían piezas subordinadas a sistemas digitales, monitoreados y regulados por una tecnocracia financiera.
Conclusión: ¿Una jugada para moldear el futuro?
La designación de Mark Carney como Primer Ministro de Canadá no es un hecho aislado ni una coincidencia. Es el reflejo de una estrategia mayor: consolidar un bloque globalista capaz de frenar cualquier intento de disidencia soberanista, como el que representa Trump. La intención de sustituir al dólar, centralizar monedas digitales y fortalecer organismos como el Foro Económico Mundial y el Vaticano revela un movimiento coordinado de las élites hacia un modelo de control total.
La pregunta clave es: ¿Está el mundo siendo testigo de la transición hacia una nueva era económica y política donde las naciones pierdan su autonomía frente a los intereses de unos pocos? ¿Estamos preparados para enfrentar o cuestionar estas dinámicas?
Somos una organización sin fines de lucro que no pertenece a ningún dogma, religión o partido político. Somos 100% independientes.
Queremos alcanzar la masa crítica necesaria para quebrar este sistema perverso de esclavitud y muerte a todos los niveles.
Sabemos que no es una tarea sencilla pero la unión hace la fuerza, la fuerza hace a la voluntad y con voluntad y fuerza se hace lo que se desea en mente y corazón y así podremos manifestar nuestra realidad. Nur para todos.
