En un mundo cada vez más escéptico hacia las instituciones tradicionales, la figura de MrBeast irrumpe como un rayo de esperanza… o tal vez, como una estrategia perfectamente diseñada.
Con más de 100 pozos de agua construidos en África, este influencer ha hecho lo que la ONU no ha logrado en décadas. A primera vista, parece un acto de altruismo heroico. Pero cuando algo suena demasiado bien para ser cierto, suele haber más bajo la superficie. Este informe propone mirar más allá del espectáculo y preguntarnos: ¿estamos ante un nuevo modelo de dominación global con cara amable?
MrBeast contra la ONU: un contraste incómodo
Mientras la ONU publica informes año tras año sobre la crisis del agua, Jimmy Donaldson (MrBeast) llega con un equipo de grabación, una sonrisa y soluciones concretas. ¿El costo de cada pozo? Apenas $1,000. Lo que para la ONU representa apenas el gasto en un almuerzo ejecutivo, para miles de africanos significa acceso a agua potable.
Entonces surge la gran pregunta: si con tan poco se puede lograr tanto, ¿por qué la ONU no lo ha hecho? La respuesta, aunque brutal, parece evidente: si resuelves el problema, se acaba el presupuesto. La ONU, según esta mirada crítica, no está diseñada para resolver crisis, sino para administrarlas indefinidamente. MrBeast, sin proponérselo, expone el modelo fallido de estas instituciones globales.
El negocio de administrar problemas
Identificar una crisis, recaudar fondos millonarios, gastar la mayor parte en costos administrativos y jamás erradicar por completo el problema: ese sería, según algunos analistas, el ciclo perfecto del negocio institucional. El influencer, con una décima parte del presupuesto y sin estructuras burocráticas, arruina ese modelo mostrando que las soluciones sí existen, pero no interesan.
Sin embargo, el poder no es ingenuo. Y si algo queda claro en esta historia es que cada movimiento de alto impacto mediático tiene detrás una estrategia, o al menos, un beneficio oculto.
¿Rebelde o pieza del engranaje?
¿Realmente MrBeast es un outsider que desafía al sistema? O, por el contrario, ¿es la nueva cara del mismo poder que busca renovarse ante la pérdida de credibilidad de los políticos y las organizaciones tradicionales? En un momento histórico en que la gente confía más en influencers que en presidentes, convertir a uno de ellos en la nueva figura de autoridad global parece una jugada maestra.
Jimmy tiene más seguidores que la población de muchos países. Y su intención de postularse a la presidencia en 2033 no suena tan descabellada. En la era del contenido, ¿qué mejor líder que alguien que domina la narrativa, la emoción y la empatía digital?
El arte de monetizar la bondad
Cada dólar donado en cámara genera entre 3 y 5 millones de ingresos publicitarios. Los videos virales de caridad no son espontáneos: son guiones, producción, marketing y posicionamiento. Las verdaderas obras filantrópicas, las que ocurren en silencio, no tienen cabida en esta industria del espectáculo emocional.
Así, la bondad se transforma en contenido, y el contenido en una maquinaria de ingresos, influencia y posicionamiento global. El problema no es ayudar, sino vender la ayuda como si fuera una marca registrada. ¿Dónde termina el altruismo y dónde comienza el show?
Palantir y el caso de Nueva Orleans: el experimento se vuelve global
Uno de los casos más reveladores ocurrió en Nueva Orleans, Estados Unidos, en 2018. Allí, sin conocimiento de los ciudadanos, se implementó un sistema de vigilancia masiva basado en reconocimiento facial, redes sociales y patrones digitales, desarrollado por la empresa Palantir, financiada por la CIA.
Este software no sólo vigilaba: predecía quién tenía más probabilidades de cometer un delito, imponiendo una observación continua sobre ciertos ciudadanos según su perfil de riesgo. Desde entonces, esta tecnología se ha extendido a múltiples países y ciudades sin que la mayoría de sus habitantes tenga conocimiento de su existencia.
Policía predictiva: de Estados Unidos a Europa
La organización suiza Algorin Watch informó en marzo de 2025 que los sistemas de policía predictiva ya operan activamente en Alemania. Estos algoritmos cruzan datos personales extraídos de redes sociales, historiales de navegación y dispositivos electrónicos para determinar el comportamiento futuro de los individuos.
El uso de tecnologías como las de Palantir se ha normalizado y aplicado no solo a la vigilancia civil, sino también a estrategias militares, como en el conflicto en Ucrania. La frontera entre vigilancia doméstica y geopolítica se vuelve cada vez más difusa.
Pegasus: el arma invisible de espionaje global
Otra pieza clave en esta arquitectura de vigilancia es Pegasus, el software desarrollado para espiar teléfonos móviles y computadoras sin que los usuarios se den cuenta. Aunque fue prohibido oficialmente por Estados Unidos en 2018 y sancionado en 2021, su impacto aún persiste.
Pegasus permite acceso remoto total a dispositivos personales, lo que significa que cualquier persona puede ser observada, grabada o localizada sin que exista una orden judicial ni conocimiento previo.
Alianzas, elogios y secretos: el lado oculto del fenómeno
MrBeast ha sido elogiado públicamente por figuras como Bill Gates y participa en campañas globales junto a organizaciones que también financian a la ONU. Sus reuniones con políticos de alto nivel son privadas. Su evolución en el discurso público sugiere asesoramiento profesional. Y su presupuesto de producción supera los millones de dólares por episodio. ¿Quién financia eso? ¿Y con qué objetivo?
Se abre así un panorama inquietante: el mismo ecosistema de fundaciones, ONGs y multinacionales que orbitan la ONU también impulsa el fenómeno MrBeast. ¿Y si ambos no fueran enemigos sino socios en una nueva narrativa global?
¿Una bestia con rostro amable?
Algunos observadores van más allá, incluso advirtiendo sobre paralelismos simbólicos. ¿Es casualidad que su nombre artístico sea «Beast» (Bestia)? En la Biblia, la «bestia» es una figura con poder sobre las masas, capaz de obrar milagros a la vista del mundo. Y eso es exactamente lo que hace Jimmy en cada video: hacer descender casas, autos, dinero y agua «del cielo digital».
No se trata de una afirmación literal, pero sí de una advertencia metafórica: cuando una sola figura se vuelve incuestionable, poderosa, mediática y universal, estamos ante un nuevo tipo de autoridad que escapa a todo control democrático.
Conclusión: entre la admiración y la sospecha
MrBeast logró lo que la ONU no: llevar agua potable a quienes más lo necesitan. Ese hecho es innegable. Pero también abrió la puerta a un debate más profundo: ¿qué rol cumplen hoy los influencers en el tablero del poder global? ¿Son héroes espontáneos o actores dentro de una narrativa cuidadosamente guionada?
Cuando la confianza en las instituciones colapsa, el poder necesita reinventarse. Y nada seduce más que un joven millonario, aparentemente independiente, carismático, eficaz y viral. Si este es el nuevo rostro del liderazgo mundial, vale la pena preguntarse quién lo esculpió, quién lo financia y para qué fin.
La pregunta que queda flotando es incómoda pero necesaria:
¿Y si todo este espectáculo de bondad fuese en realidad la nueva forma de dominación global?
Somos una organización sin fines de lucro que no pertenece a ningún dogma, religión o partido político. Somos 100% independientes.
Queremos alcanzar la masa crítica necesaria para quebrar este sistema perverso de esclavitud y muerte a todos los niveles.
Sabemos que no es una tarea sencilla pero la unión hace la fuerza, la fuerza hace a la voluntad y con voluntad y fuerza se hace lo que se desea en mente y corazón y así podremos manifestar nuestra realidad. Nur para todos.